SOBRE LOS DAÑOS RECIENTES AL PUCARÁ CERRO GRANDE DE LA COMPAÑÍA
El pasado miércoles 9 de junio apareció en la prensa la denuncia de la destrucción parcial del sitio arqueológico Pucará del Cerro Grande de La Compañía en la comuna de Graneros, por la instalación de una antena de telefonía móvil.
Cabe mencionar que, según la vigente Ley de Monumentos Nacionales “por el solo ministerio de la ley, son Monumentos Arqueológicos de propiedad del Estado los lugares, ruinas, y yacimientos y piezas antropo-arqueológicas que existan sobre o bajo la superficie del territorio nacional.” Sumado a lo anterior, dicho sitio arqueológico además está protegido por la misma ley bajo la categoría de Monumento Histórico, mediante Decreto N° 119 de 1992.
Dicho sitio arqueológico ubicado a 90 kilómetros al sur de Santiago, es una de las edificaciones más australes que se conservan del Imperio inca, junto con el Pucará del Cerro La Muralla, en la comuna de San Vicente de Tagua Tagua. Por lo tanto, este Monumento Nacional es de gran relevancia histórica, arqueológica y científica.
El Consejo de Monumentos Nacionales, mediante su Secretaría Técnica y Oficina Técnica Regional, acudió al lugar, paralizando las obras que no contaban con autorización pertinente por parte de dicha institución, constituyéndose por lo tanto en una infracción a la ley que amerita una denuncia ante los tribunales de justicia y que el Consejo de Defensa del Estado se haga parte.
Independiente del actuar del Consejo de Monumentos Nacionales y las eventuales medidas legales y sancionatorias a tomar en este caso, esto da cuenta que, aun protegiendo legalmente los bienes patrimoniales de nuestro país mediante la ley de Monumentos Nacionales u otros instrumentos normativos, no se asegura su conservación y puesta en valor. Este caso en particular es solo una muestra puntual del grado de vulnerabilidad en el que se encuentran cientos de sitios arqueológicos de nuestro país.
Se hace urgente la creación de mecanismos efectivos de fiscalización, de sanción y de funcionamiento coordinado y eficiente de las instituciones que velan por la protección ambiental y patrimonial de nuestro país, así como también generar acciones de educación patrimonial para que las empresas y las comunidades tomen conciencia del valor arqueológico, histórico y científico que tienen estos sitios.
Una antena de telefonía celular no puede ser más importante que los restos de una fortaleza inca con cientos de años de historia. El llamado es a pensar y planificar un desarrollo sustentable y respetuoso con los recursos naturales y culturales de nuestros territorios y no a costa de ellos.